Pero empecemos por el principio. El sistema español de elecciones no es como el israelí: tanto porcentaje de votos obtienes, tanto porcentaje de escaños tienes. No. Divide el país en provincias y cada provincia tiene un número asignado de escaños. La relación entre la población de la provincia y el número de escaños es más o menos lineal. Eso hace que haya provincias con muy pocos escaños. En esas provincias, la mayoría de escaños se los llevan los dos partidos más grandes, incluso si se repartiesen proporcionalmente según el voto obtenido. Pero la realidad es más complicada, porque los diputados por provincias se distribuyen según la ley d'Hondt.
¿Cómo funciona esa ley de reparto de escaños? Pues es curiosa. Se cogen los votos de todas las canditaturas de la provincia y se dividen sucesivamente por 1, por 2, por 3, por 4, etc. Al lado de cada número se recuerda de qué candidatura viene, y entonces se cogen todos estos numeros y se ordenan de mayor a menor. Si una provincia elige 5 diputados, se cogen los cinco mayores, se mira la etiqueta del partido. Por cada etiqueta entre las cinco top, un escaño. ¿Curioso, eh?
Así pues, el resultado depende del tamaño de la provincia, del numero de partidos con cierta implantación en el territorio y, de hecho, si el numero de escaños es par o impar. Consideremos Cataluña, con una provincia de muchos habitantes, Barcelona con 31 diputados, y otras tres más pequeñas Lleida con 4 diputados, Girona y Tarragona con 6. Y pongamos como comparación lo que sucede en Granada con 7, Albacete con 4 y en Segovia con 3.
¿Qué hubiese pasado si la gente que fue a votar a partidos diferentes al PP PSOE CiU se hubiese volcado en el PSOE? ¿Cambiaría la distribución de escaños del PP?
Vamos a suponer que los votantes del 2008 que no votaron a PP-PSC-CiU son totalmente fieles a su partido y son inamovibles. Igualmente los que han pasado del PSOE al PP también. En el caso de CiU, parte de sus votantes de toda la vida en elecciones catalanes también votaron en las estatales. ¿Qué pasaría si los votos del resto de partidos se quedasen igual que en 2008 y lo ganado en estas elecciones pasase al PSOE? Pues bien, he cogido los números del ministerio del Interior y he hecho la simulación. Aquí van los resultados.
- Barcelona: PSC+1 IcV-1
- Girona :PSC +1 ERC -1
- Lleida. No cambia nada
- Tarragona: No cambia nada
- Granada: No cambia nada
- Albacete: PSOE+1 PP-1
- Segovia: No cambia nada
Está claro, puede que el sistema electoral actual facilite la victoria del partido más grande si el del segundo contrario se disgrega en alguna provincia pequeña (casi siempre con un número par de escaños, es más facil pasar de un 2-2 a un 3-1 que cambiar un 2-1 a un 1-2 tal y como están distribuidas las fuerzas) . Pero eso no pasa en Cataluña dada la pluralidad y distribución actualmente existente. El número total de votantes y a quién votan es el aspecto crucial aquí.
¿Qué hubiese pasado si la gente que se quedó en casa hubiese distribuido sus votos lejos del PP, PSOE y CiU, en la misma proporción en que lo hicieron los que votaron?
Para ver qué pasaría vamos a hacer una estimación razonable de cuántos votos deberíamos añadir en cada provincia, y luego los distribuimos. Lo haré de momento para Cataluña. Para establecer el número extra de votos he mirado la participación en años pasados, especialmente la del 2008 y 2004, los votantes del PSOE que se quedaron en casa, y otras variables para obtener el numero de votantes que no son abstencionistas compulsivos. Es decir, los votantes absolutamente pasivos en todas las elecciones quedan fuera de juego (no hay que pedir peras al olmo). Jugando con los números del derecho y del revés (ya saben, problema de Fermi) llego siempre a números similares
Añadimos los siguientes votos al total: Barcelona: 250 000; Tarragona: 40 000; Lleida: 15.000; Girona: 40 000
Y los distribuimos a partidos diferentes a PSOE-PP-CiU en proporción a su pocentaje de voto. Y nos queda:
- Barcelona: ERC +1 IcV +1 PSC-1 CiU-1
- Lleida: No cambia nada
- Girona: No cambia nada
- Tarragona: ERC +1 PP-1
Y qué pasa si se hubiese concentrado todo el voto ausente en una única candidatura. Pues lo mismo que si se dispersa. Barcelona y Tarragona cambian, Girona y LLeida no. En Barcelona, bien distribuidos, que no concentrados, pueden hacer perder a PSC+PP+CiU hasta tres en vez de dos escaños. Y en Tarragona con un poco más de participación podrían quitarles dos.
Así pues, a poco que movilices el votante que se abstiene, en Barcelona y Tarragona quitas votos al PP-PSOE-CIU. En Girona y Tarragona, se necesita que cambie un mundo Al final en Cataluña es fácil: Si la gente vota diferente a PP, PSOE y CiU disminuyen sus escaños o se quedan igual. ¿Fácil, verdad? Obvio, incluso.
Si prefiero a un partido mucho más que al otro, ¿tiene sentido el voto útil? En las provincias pequeñas con escaños pares es muy probable. En las provincias de tamaño medio y grande, por lo general no, pero hay excepciones.
(¿Alguién quiere hacer lo mismo para otras provincias y ver las excepciones?
)
Resumiendo: para Cataluña, en Barcelona y Tarragona, si no eres PPSOECIU votar conciencia y votar útil es lo mismo. En Lleida y Girona, si eres un indignado, casi mejor dedicarse a convencer a sus votantes de toda la vida que no les voten. O a cambiar la ley electoral.
3 comentarios:
En un país que no ha aceptado un refresco que se salga de la fanta-cocacola cambiar las cosas debe ser algo bastante difícil...
Crec que ni amb el resum ho entenc...
Complicada l’aritmètica parlamentaria… Un sistema de còmput just de vots és difícil de dissenyar. (sobretot si els que l’han de caviar ja els va bé el que hi ha)
Madre de dios!!!! no hay un sistema más justo y equitativo? y como se aclaran en el recuento? pq yo me pierdo...
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